Javier Calvo indaga en la erosión de los límites del individuo

El autor entrelaza cuatro historias en los relatos 'Los ríos perdidos de Londres'



Colocar a los personajes en situaciones extremas, transgredir con el lenguaje y crear con las palabras una serie de relatos en los que indaga en la erosión de los límites del individuo es lo que persigue Javier Calvo (Barcelona, 1973) en Los ríos perdidos de Londres (Mondadori). "Con esta obra he cerrado un ciclo narrativo que inicié con Risas enlatadas y El dios reflectante, trabajos literarios que tienen bastante en común con este nuevo libro de relatos".

Javier Calvo ha creado una serie de personajes en Los ríos perdidos de Londres que llegan a situaciones extremas y a partir del momento inicial se cuestionan los límites del individuo. "En el texto se ahonda en la relación entre el yo y el mundo, y hay un deseo constante de transformarse y acomodar la realidad a su voluntad". El escritor, que logró excelentes críticas con sus obras anteriores como Risas enlatadas y El dios reflectante, cree que Los ríos perdidos de Londres es un libro de transición estilística con el que ha finalizado un proceso narrativo que comenzó con los relatos de Risas enlatadas.
"Estoy trabajando en una novela con una temática totalmente diferente a la que había abordado hasta ahora. De manera muy distinta en los relatos y la novela que he publicado, he trabajado en la erosión de los límites del yo y tengo que dar por finalizado ese ciclo para no aburrirme yo y aburrir al lector, que es quien finalmente tendrá entre sus manos el producto. Ahora estoy con un trabajo literario que tiene un desarrollo totalmente diferente al que he realizado con los relatos y requiere un esfuerzo narrativo mayor", puntualiza Calvo.
Los ríos perdidos de Londres narra una historia que sucede en un almacén de especias abandonado de esa ciudad, en 1880. Aparece la escena de un crimen y dos adolescentes aseguran haber matado a una dama de la alta sociedad. No hay armas. Viajando en el tiempo la investigación llega hasta la Sociedad Científica Arthur Travers de Belgravia, una sociedad de magos victorianos que tienen relación con los ríos desaparecidos. A través de esta historia y de las otras tres que le acompañan, el autor logra construir un peculiar entramado de textos y personajes. En ellos aparecen, entre otros, la sociedad de magos, Mia Farrow y John Cassavetes en La semilla del diablo,de Roman Polanski, Mary Poppins, el Doctor Who, la carrera de The Cure en la década de 1980, la comunidad rusa en el Londres de Tony Blair y el consumo de heroína, cocaína y opio. "Los distintos elementos que confluyen en Los ríos perdidos de Londres giran en un vértice que trata de la desaparición y la destrucción de la realidad", asevera el escritor.
La novela que está preparando Javier Calvo está ambientada en la Barcelona contemporánea. "Estoy interesado en la narración como máquina. Me gusta la novela que funciona como un artefacto en la que el escritor no expone sus ideas, sino que son los personajes los que son capaces de hacer un retrato del momento en el que viven y de lo que sienten lo suficientemente atractivo como para engancharte. Me interesa mucho la obra de Charles Dickens, que es un maestro en retratar la sociedad victoriana como pocos han sabido hacerlo, y no la obra de Saramago, que se sitúa en el otro extremo. Esto no es una provocación, sino una forma sincera de expresar lo que siento. A mí me gusta leer libros que no traten de transformarme espiritualmente, sino que me entretengan y que los personajes sean capaces de llevarme a mundos fantásticos", añade.
Javier Calvo, además de trabajar como traductor literario, es coguionista del largometraje Remake, de Roger Gual, que se estrenará el próximo año.

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