EXHORTACIÓN A LOS COCODRILOS (Fragmento) Por Antonio Lobo Antunes

Recordaba una figura de tamaño natural, llamada Madame Dolores, a la que se le metía una moneda en el ombligo y soltaba una tarjeta con el futuro impreso, todos los futuros idénticos, una enfermedad grave pero curable, la boda con un caballero bondadoso, un viaje en barco, una herencia inesperada, y de hecho la figura acertaba porque realmente los futuros eran todos iguales. (...) Cuando me aplican el suero en el hospital, la sala del tratamiento es un acuario de peces acostados que lanzan al techo burbujas de palabras, verduscos, transparentes, sin pelo, desfigurados por la delgadez, extendidos en la arena de las sábanas con el líquido que cura el cáncer bajando hacia el brazo y los dientes y la lengua moviéndose siempre.

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