HESSE, ¿AUTORRETRATO DEL HOMBRE MODERNO?

Hermann Hesse está considerado como "autor de la crisis", como un poeta que se sometió por escrito al doloroso autoanálisis, siempre en busca de su auténtica y propia identidad. La casa paterna y la educación marcaron por igual tanto su personalidad como también su obra poética. Dos veces en su vida se agudiza dramáticamente el estado psíquico de Hesse. Tras la huida del seminario monacal en Maulbronn, en 1892, cuando contaba 15 años, sus padres le llevan a Bad Boll al centro de Christoph Blumhardt, un teólogo amigo. En ese hospital privado Hesse llevó a cabo un intento de suicidio, ante lo cual, al cabo de sólo 14 días, Blumhardt recomendó el traslado a un manicomio del poseído por la "maldad y el satanismo". Luego los padres le ingresaron en el centro de salud y cuidados de Stetten, donde permaneció cuatro meses. Diagnóstico según la ficha de enfermo: melancolía. Hesse conseguía comportarse bien exteriormente, pero por dentro estaba descontento con su destino y escribía a casa cartas acusadoras. En octubre de 1892, Hesse fue dado de alta del centro psiquiátrico de Stetten y los padres consiguieron que el hijo ingresara en el liceo de Cannstatt, que abandonó al cabo de un año. Una segunda crisis grave en su vida se produjo por la Primera Guerra Mundial, que provocó graves tormentas espirituales en el sensible Hesse. Una enfermedad grave de su hijo más joven, la muerte de su padre en 1916, la Primera Guerra Mundial, una crisis matrimonial y la enfermedad psíquica de su esposa Mia empujaron a profundas depresiones al poeta, que ya entonces era popular. Su estado de salud estaba tan maltrecho que tuvo que interrumpir su trabajo de atención a los prisioneros de guerra para someterse a una cura de baños, sin éxito, y después a tratamiento psicoanalítico en la clínica privada Sonnmatt de Lucerna. Celebró 72 consultas con el Dr. Josef Bernhard Lang, un colaborador de C. G. Jung, en las que logró salir de su entumecimiento y superar hasta cierto punto la crisis. El encuentro con el psicoanálisis, que le ayudó a enfrentarse a los conflictos de sus años de juventud, se convirtió en un importante punto de inflexión en la vida de Hesse. En cuanto a la poesía, el periodo del cambio y el nuevo comienzo se refleja en Demian (1919), como un intento de explicarse a sí mismo. En Demian también se reproducen las charlas terapéuticas con el Dr. Lang (que en la novela se llama Pistorius): "Todo, incluso lo más banal, chocaba dentro de mí en el mismo punto con un mazazo silencioso y continuo. Todas las sesiones ayudaban a raspar pieles de mí, a romper cáscaras de huevo, y después de cada una la cabeza se alzaba un poco más, algo más libre, hasta que mi pájaro amarillo eclosionaba como un hermoso pájaro con cabeza de depredador saliendo de la destruida cáscara del mundo."

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