Exégesis Maracucha en Caracas. Por Norberto José Olivar
Discurso leído por Norberto José Olivar al momento de recibir el Premio de la Crítica a la Novela de 2008. Que un vampiro diga que dios existe puede que suene mal, acaso muy mal, pero que además se dé aires de teólogo y exponga que dios es un individuo de fina ironía, de agudo sentido del humor y de una puntería inaudita, pues se sobreentiende que sus motivos tendrá, piensa uno, pero es lo menos que se espera cuando se ostenta un abolengo en esencia maligno y defectuoso. Sin embargo, estas motivaciones o improvisaciones teológicas tan súbitas, vienen de la estupefacción que sobrecogió a Maracaibo, hace unas pocas semanas, cuando una despiadada centella decapitó a la muy venerada y excelsa patrona de nuestra querida y sanguinolenta playa. Que un rayo impacte sobre una de las imágenes de la Chinita no es cosa de otro mundo, si se considera que hay más de cien distribuidas, estratégicamente, en toda Maracaibo, pero que fulmine a la principal, a la número uno, de entre tantas, a la que vig