Entradas

Mostrando entradas de enero 15, 2012

Cartas a la Extraña. Por José Barroeta (1942)

Imagen
I Por ti, por tu nombre y por la codicia de tu nombre comienza el espíritu. He dejado de pertenecer al concepto y aun cuando no concluye de repartir su oro mi inconsciente tú, para que vuelva cargada de muertos la infancia, abdicas a favor de otros resplandores. Me escondo en el follaje para que no arrastres la simpleza de mis ojos. Cualquier descubrimiento que haga dentro o fuera de ellos significa la pérdida del agobio que precede la vida del poeta antes o después del amor. Como en tiempos de fuga mis carnes son lanzadas a un bosque sin rostro, incitadas por el temor de morar en el centro de otras, como las tuyas, que más que la vida recuerdan los desnudos de Amadeo Modigliani. Una especie de aire devastador asistía nuestras presencias; lo ilusorio se tornaba sílaba sórdida, muladar, sangre de gusano de seda en víspera de muertos. En tales ocasiones yo me revestía de una inmundicia púrpura, domaba mis sueños para que no escucharas los sonidos. Cuando ya te supe perdida, tú estabas pr

Relatos de Adriana Prieto

Imagen
De no ser por la vena De no ser por la vena que se salió de su pie, su vida no hubiera cambiado nada. Vio que poco a poco se salía y sintió que no debía ser mayor preocupación para él. Se comenzó a alarmar cuando notó que ésta se inflaba como un globo, su sangre era casi transparente, mientras más se inflamaba la vena más transparente se hacía todo, llegó a convertirse en una tela invisible que parecía un gran lazo sobre su pie. Caminaba entonces elevando ese globo que lo sostenía, era una sensación única, su cuerpo había adquirido un ritmo muy particular al caminar; su preocupación apareció el día en el que el globo explotó, se escuchó un gran estallido, y cuando miró, su pie parecía de un recién nacido, lo cubría un polvo blanco que parecía talco y sutiles manchas rojas evidenciaban que alguna vez hubo sangre por allí. Al llegar al hospital el médico le explicó que la vena rechazaba totalmente el pie, por alguna extraña razón su cuerpo había decidido no tenerlo más como acom